Proceso de internacionalización de empresas: ¿Es mejor una filial o una sucursal?
En los últimos años hemos asistido a un imparable proceso de internacionalización de empresas españolas, que han buscado y encontrado oportunidades de crecer en los mercados exteriores. Una de las primeras decisiones que han tenido que tomar estas empresas es qué figura jurídica era más conveniente para implantarse en el extranjero.
Fundamentalmente existen dos figuras, la filial y la sucursal, pero ¿cual es mejor a nivel fiscal?
Pueden ponerse en contacto con este despacho profesional para cualquier duda o aclaración que puedan tener al respecto.
¿Qué es una filial?
Una empresa filial es una entidad que está sometida al control, directo o indirecto, de otra empresa a la que llamamos matriz. Normalmente el control se ejerce mediante un paquete de títulos que reúne algo más de la mitad de los derechos de voto. Esto significa que la filial depende, accionarialmente, de la matriz, aunque su gestión puede ser independiente, siempre y cuando las partes lo consideren oportuno. Fiscalmente, consolida el 100% de su balance y de su cuenta de resultados en los estados financieros de la matriz. No obstante, la matriz debería restar la parte proporcional de los beneficios que corresponderían a los accionistas minoritarios antes de sumarla al resultado atribuible del grupo.
La tributación de las filiales
Desde el punto de vista jurídico, las filiales son independientes de la matriz. Desde el punto de vista fiscal, están sometidas a la legislación fiscal del estado de residencia. Así pues, pagan los impuestos correspondientes al lugar donde tengan fijada su sede. Una empresa extranjera que decida operar en el mercado español mediante la figura jurídica de una filial tiene que cumplir la misma legislación que las demás sociedades mercantiles. En este sentido, tiene la obligación de presentar sus cuentas en el Registro Mercantil. En relación al Impuesto de Sociedades, las filiales son consideradas sujetos pasivos, y como tales, deben ajustarse a los compromisos vigentes en el ámbito contable y fiscal.
Reparto de dividendos en la filial
En el caso de que la filial tenga una política retributiva para sus accionistas que consista en el pago de dividendos, el pago se realizará como “dividendos obtenidos por una sociedad no residente”. A la hora de calcular las retenciones a las que están sujetos los dividendos, hay que analizar si hay convenios entre el gobierno de la filial y el gobierno de la matriz para evitar la doble imposición. Los convenios de doble imposición son tratados internacionales que contienen, en particular, medidas para evitar que una persona, una renta o un bien sea gravada en dos países distintos. Desde el punto de vista contable, la filial no puede compensar pérdidas con la matriz, pero tiene la posibilidad de deducirse pagos realizados a la matriz vía patentes, intereses o cánones.
¿Qué es una sucursal?
La responsabilidad, la fiscalidad, los ingresos y los gastos de la actividad realizada por la sucursal se integran en la matriz y tiene una dependencia de ella en todos los niveles. Por tanto, no tiene personalidad jurídica propia independiente de la matriz, aunque por ley es obligatorio que se inscriba en el Registro Mercantil. La sucursal no tiene un capital social propio, y responde de sus obligaciones y deudas con el propio patrimonio de la empresa original. Si bien no tiene un órgano de administradores propios, debe contar con un representante legal que cuente con plenas facultades para gestionar la sucursal.
La tributación de las sucursales
Las sucursales tributan por el Impuesto de Sociedades, y en su defecto, por el Impuesto sobre la Renta de No Residentes por todas las rentas que obtengan en el país. Desde el punto de vista de la contabilidad, las sucursales llevan una contabilidad propia, diferenciada de la matriz, y referida únicamente a las operaciones de compra y venta que hayan llevado a cabo y a los elementos patrimoniales que tengan afectos.
Operaciones entre sucursal y matriz
A la hora de contabilizar los pagos y las ventas, se tendrán en cuenta varias consideraciones. Se han de valorar a precio de mercado aquellas operaciones que se lleven a cabo entre la sucursal y la matriz. A diferencia de lo que ocurre en la figura jurídica de la filial, en el caso de la sucursal no son deducibles los pagos que se realicen a la matriz en concepto de canon, intereses o comisiones. En cambio, podremos deducir otros conceptos como los gastos de dirección de la sucursal que podamos contabilizar y justificar debidamente. Una ventaja para la matriz es que puede deducirse las pérdidas originadas en la sucursal, e incluir los beneficios en su caso, deduciendo así el impuesto ya pagado por ellos.
Sobre el autor:
Especialista en Internacionalización de empresas
Miquel Valls – Asesores Fiscales y Financieros